Un viaje sorprendente

Hoy decidí contarte mi experiencia en Guatemala, y explicarte porqué fue un viaje sorprendente e impactante.
Viví unos 4 años a México, años durante los cuales tuve la oportunidad de viajar bastante y de conocer varios sitios simplemente increíbles. Cuando por trabajo, me tocó viajar a Guatemala, debo de admitir que nunca había sentido un interés especial por conocer este país.
Para ser sincera, lo veía como el hermano pequeño de México. Conociendo tanto, de la parte del mundo maya a sus pueblos coloniales y su naturaleza virgen, pensaba “para qué ir a Guatemala si México lo tiene todo”.
Cuando viajo y como lo expliqué en otro artículo, me gusta investigar, organizar y planificar para poder ver lo que más me interesa. Sin embargo, cuando me tocó viajar a Guatemala, al ser por trabajo, me dejé llevar. Conocía lo más famoso de este país, de nombre, pero poco más.
Debo decir que la propia llegada al aeropuerto de Ciudad de Guatemala superó las pocas expectativas que tenía de este viaje. Nos tocó aterrizar con un cielo muy despejado, dejándonos la posibilidad de observar los volcanes y la grande ciudad a la cual estábamos llegando.
Pasé la primera noche en la capital. Sinceramente, es una ciudad grande como existen muchas, la cual no me dejo muchos recuerdos.
Chichicastenango


Al día siguiente, me tocó viajar con un guía, hasta Chichicastenango («Chichi» para los locales). Es un pueblo, un poco más al norte de la capital, que aloja 2 veces a la semana uno de los mercados más famosos de la zona. Fue mi primer acercamiento con la gente de Guatemala y este mercado, lleno de colores y de vida, me dejó sin palabras.
Lago de Atitlán
Después, viajé hacia el Lago de Atitlán y fue, otra vez, un cambio radical. Este lago, famoso por ser rodeado por 3 volcanes, es de película. Hay 11 pueblos alrededor del lago, Panajachel siendo de los más conocidos. Es una zona con pocos habitantes, incluso unos pueblos son accesibles solamente por barco. La vida por ahí es tranquila, a otro ritmo que el que tenía la gente del mercado de Chichicastenango. Pude probar platos típicos, tomar paseos en barco para visitar los pueblos y descubrir sus tradiciones y creencias.



Antigua Guatemala
Finalmente, acabé mi viaje en Antigua Guatemala y fue otro mundo, de nuevo diferente a todo lo que había podido ver de Guatemala. Antigua, siendo una ciudad más grande de las que conocí antes, tiene todavía otro ritmo de vida. Entre olores a café y monumentos históricos, esta ciudad está llena de cosas por conocer.



Mi semana en Guatemala pasó muy rápido pero fue un viaje sorprendente e impactante de mi vida. No me esperaba nada y descubrí todo un mundo, paisajes y una cultura que ni sospechaba de existir. Ahora lo puedo decir: si bien es cierto que México lo tiene todo, Guatemala es mucho más de lo que uno se espera encontrar.