Sin importar la temporada, no puedes perderte la High Line de Nueva York. Este parque elevado se ha convertido en un imprescindible tanto para turistas como para locales. En este artículo, te contaré su historia, lo que puedes ver durante tu recorrido y todos los datos prácticos para disfrutar al máximo de este increíble lugar.
Historia de la High Line de Nueva York
La High Line tiene una historia fascinante, especialmente porque estuvo a punto de ser destruida por completo. Hoy en día, es uno de los espacios más visitados de la Gran Manzana, pero su origen fue muy diferente.
Hasta los años 1930, los trenes de carga que transportaban productos como carne, leche, frutas y verduras circulaban a nivel de calle, lo que representaba un gran peligro para los peatones. De hecho, la Avenida 10 era conocida como la “Avenida de la Muerte” debido a los numerosos accidentes, con un total de 540 muertes registradas sólo en 1910.
A pesar de varios intentos por mejorar la seguridad, como asignar a hombres a caballo para proteger a los peatones, el problema persistía. Finalmente, en 1933, se inauguró la High Line, una línea ferroviaria elevada diseñada como parte de un plan de urbanización para eliminar los trenes a nivel de calle. En ese entonces, la línea se conocía como la «Línea Elevada del Oeste» (West Side Elevated Line).
Esta vía atravesaba edificios y conectaba directamente con fábricas, agilizando el transporte de mercancías y reduciendo los riesgos para la población. Sin embargo, a partir de la década de 1960, el uso de la High Line disminuyó considerablemente, y varias secciones fueron demolidas. En los años 1980, incluso se planeó su demolición total, respaldada por los habitantes de la zona que consideraban la estructura un horror.
El renacimiento de la High Line comenzó en 2003, cuando la asociación Friends of the High Line organizó un concurso internacional de ideas para revitalizar el espacio. Entre más de 720 propuestas recibidas de 36 países, se eligió la creación de un parque elevado. La primera sección abrió al público en 2009, seguida por dos más en 2012 y 2014.
Hoy, la High Line es un parque de 2,33 km de longitud con más de 500 especies de plantas y árboles. Es un espacio que combina naturaleza, arte y vistas únicas, convirtiéndose en un imprescindible en Nueva York.
Cómo visitar este parque
La High Line de Nueva York cuenta con múltiples accesos distribuidos a lo largo de su recorrido. En mi primera visita, tuve que caminar abajo de la High Line en búsqueda de un acceso (la yo del pasado no era tan organizada al momento de viajar) así que, para que no te pase lo mismo, te dejo aquí un mapa con todos los puntos de entrada.
Las entradas con elevadores están marcadas en verde, mientras que las escaleras sin acceso para personas con movilidad reducida están en amarillo. Los principales puntos de interés están señalados en rojo (los desarrollo más abajo).
Los horarios de apertura varían según la temporada:
- Del 1 de diciembre al 31 de marzo: de 7:00 a 20:00.
- Del 1 de abril al 30 de noviembre: de 7:00 a 22:00.
El acceso es gratuito, pero puedes optar por visitas guiadas si deseas aprender más sobre la historia y el diseño del parque. El parque acepta donaciones para ayudar a su mantenimiento.
Por otro lado, según la temporada, se organizan eventos y exposiciones temporales. Consulta la programación actualizada en la página oficial.
Para preservar este espacio, se han establecido normas como:
- Prohibido fumar, consumir alcohol (excepto en áreas designadas), andar en bicicleta o usar monopatines.
- No caminar fuera de los senderos señalados ni recoger plantas o flores.
- No se permite el acceso a mascotas, excepto perros de asistencia.
Qué ver en la High Line de Nueva York
Recorrer la High Line de principio a fin es la mejor manera de descubrir todo lo que ofrece este espacio único. Aquí tienes los puntos más destacados que no te puedes perder:

Fundación Tiffany & Co: Aquí se encontraba la sección más al sur de la línea, destruida en los años 1980.
Pasaje calle 14: A partir del atardecer, se proyectan videos de arte y producciones audiovisuales del High Line Channel.
Diller – von Furstenberg Sundeck & Water Feature: Una zona refrescante con un espejo de agua para mojarse los pies durante los meses de calor.
Pasaje Chelsea Market: La línea atraviesa este icónico mercado, que antiguamente fue la fábrica donde se inventó la galleta Oreo.
Northern Spur Preserve: Una sección donde se preserva la flora original de la High Line.
10th Avenue Square & Overlook: Un anfiteatro al aire libre con vistas panorámicas de la ciudad (accesible a personas con movilidad reducida).
Chelsea Thicket: Aquí se pueden observar las vías originales del tren.
22nd Street Seating Steps: Un espacio ideal para descansar, hacer un picnic o simplemente disfrutar del ambiente.
The Spur y The Plinth: Esta última sección se convirtió en un espacio de reunión con exposiciones de arte monumental.
Además, en los extremos norte y sur encontrarás dos de los mayores atractivos asociados a la High Line de Nueva York:
Extremo Sur: Little Island.
Este parque flotante, construido sobre antiguos muelles, es un oasis urbano lleno de eventos y actividades gratis según la temporada.
Extremo Norte: Hudson Yards y The Vessel.
Hudson Yards es un moderno barrio que incluye un centro comercial donde encontrarás el mirador The Edge. Además, no te pierdas la estructura The Vessel, inspirada en los panales de abeja. Aunque The Vessel estuvo cerrado por varios años, recientemente reabrió sus puertas al público. Es sin duda una de mis experiencias favoritas de Nueva York ya que este edificio siempre me impresionó. Reserva tu entrada en línea.
¿Qué es lo que más te gustaría hacer en la High Line? ¿Ya la visitaste o la tienes en tu lista?
